[Hamtaro,]

Izumi, Yuki, Hye y Lissandro ya se habian puesto en accion. Los demas dieron ideas, pero Nyan ya se estaba alterando demasiado con todas las llamadas de atencion. Dianthe ya parecia conocer a Nyan desde antes... pero no confiaba en la situacion. “Toda esta hostilidad... preocupacion... negatividad... me encanta... Ya me siento saciada.” -senti en mi cabeza. Miré extrañado a ambos lados y solo volvi a calcar la situacion en mi cabeza. No veia a nadie ni nada hablandome.

“Nadie lo ha notado hasta ahora, ¿no es asi?... Tu y ella no pueden tener estos disfraces por siempre.” -mencionó nuevamente. Miré a mi espada, y note un leve brillo en ella. “Se que no eres quien muestras ser. Esta apariencia... es solo un traje que ella te hizo para encajar. Y su apariencia tambien.” -caminé con lentitud hacia Nyan. Raijin, por lo que supuse, intentaba hacerme explotar para... detenerla. Me puse directamente frente a ella. Sus ojos ya no se centraban en lo que los demas hacian, pero en mi. Su cuerpo se poso poco a poco en el suelo. Solto un leve maullido ahogado, mientras bajaba su mirada al suelo.


“¿Quien diria que un felino y un demonio harian buen equipo?” -menciono nuevamente. Note que el cuerpo de Nyan parecia... hacerse rigido. Su viscoso cuerpo ahora se endurecio, y sus orejas se curvaron hacia abajo... “Quedate quieta. Necesitamos algo de ti y nos iremos de aqui.” -voltee para alzar la voz a mis compañeros, para que se apresuraran, sin esconder mi preocupacion. “¡Apurense ya! Siento aleteos y unos gritos a lo lejos y no suenan amigables. Si no lo hacen, seremos carcasas vacias. ¡Pero ya!”