[lN o o D L e]

 

“Vaya… Llegaron más pronto de lo que pensé, supongo que el momento se acerca”, me levante del piso y di un fuerte suspiro, saque de mi bolso una botella de agua y bebí un poco, me quite la chamarra, amarrándola a mi cintura. Mire el costado donde tenía mi herida y note que me estaba comenzando a sangrar “Demonios… Esto se puede volver un problema…”, saque rápido de mi bolsa una crema que los monjes de mi templo preparaban para las heridas profundas causadas por seres, si bien no te curaba mágicamente, detenía el dolor y sangrado por un periodo de tiempo.

 

Me quite poco a poco el vendaje dejando ver una herida muy profunda que me abarcaba todo el costado, puse rápidamente un poco de agua en la herida, me dolía pero debía hacerlo antes de que comenzara a sangrar, puse bastante crema en mi herida y sentí un gran alivio, me vende nuevamente. Mire a mis compañeros para ver quienes ya estaban conmigo, se encontraba: Laslow, Izumi el chico que me había ayudado con anterioridad y su compañera Yuki. Al mirarla bien pude notar que tenía el brazo vendado “Ayer estaba bien… ¿Qué le abra pasado?”, en ello recordé que en el comedor habían mencionado que un chico rubio salió corriendo dirigiéndose al bosque, muchos estaban interesados porque criaturas abrían en el allí, comencé a juntar todas esas piezas, aunque era solo una suposición mía “No, hubiese sido imposible que se haya adentrado al bosque ella sola”.

 

Tome mi bolsa y me acerque a ella, vi que estaba ocupada en su móvil, me puse frente a ella -Hola Yuki, he venido a agradecerte lo que ayer hiciste por mí, aunque me sorprende ya que estabas bien… ¿Qué te paso en el brazo?- diciéndole un poco preocupada por su bienestar, pude notar que tenía una mancha pequeña de sangre, eso no era un raspón cualquiera, era una herida -Tu brazo está sangrando…- hice una reverencia y le tome suavemente del brazo sentándome alado de ella -Disculpa, pero si tendremos una prueba fuerte dentro del bosque, no podrás seguir teniendo el brazo así, por ello…- fui quitándole poco a poco el vendaje del brazo, saque la crema y al ver la herida me quede pasmada -Un Wendigo…- dije en voz baja, sin perder el tiempo, comencé a poner crema en su herida -Disculpa si te lastima, dolerá solo un poco, después te hará sentir mejor, es una crema especial que ayuda a que sanen más rápido las heridas causadas por cualquier ser-.

 

Al terminar de ponerle la crema y volver a vendarle el brazo me levante guardando mis cosas en la bolsa que tenía -Espero que con esto te sientas bien, a mí me ha servido- le sonreí -Aunque… Debes tener cuidado en que no te vuelvas a causar daño- “Sabia bien que ella no se había lastimado por entrenar, esas eran heridas que un Wendigo normalmente hace, de ser así, el bosque es realmente peligroso” -Me retiro, que tu herida sane pronto Yuki- le sonreí sinceramente y me retire. No podía dejar de pensar en su herida, estaba un poco preocupada por el bienestar de todos nosotros, trepe un árbol, me senté cruzando mis piernas y cerré los ojos, estaba tratando de meditar en lo que los demás llegaban para comenzar la segunda actividad.