[Daisuke_Onick]

Erase una vez una pajarita

que antojo ella tenía,

y se fue a una taquería

a calmar su hambre infinita.

Un taco tras otro comía

junto a varios comensales,

con verduras y nopales

y de alpiste los pedía.

Mas de pronto en plena calle

un secuestro sucedía

pues no era ya de día

y se gestaban grandes males.

Los maleantes se subían

en un auto gris oscuro

que partió en cuanto se pudo

viendo atras si los seguían.

Lo que nunca sospecharon

fue que alguien los vería

desde aquella taquería

de la que ellos se apartaron.

Era pues la pajarita

que dejó su taco a medias,

tras pagar, salió por piernas

a seguirlos con la vista.

Porque nadie se imagina

que debajo de su ropa

se escondía una capa roja

y un emblema de heroína.

Y alzó el vuelo la valiente,

ya por todos conocida

como Súper-dúper Mirla,

al rescate de la gente.

Con su vista prodigiosa

ya seguia a los maleantes,

que avanzaban muy distantes

de manera escandalosa.

Los transeuntes la veían

al cruzar la calle al vuelo,

-anda tras de un ladronzuelo-

era lo que se decían.

Aleteando con anhelo

alcanzó a sus perseguidos,

que reían divertidos

con las caras hacia el cielo.

Con andares precavidos

se posó sobre su toldo,

sacó fuerzas de lo hondo

y lo arrancó de dos tronidos.

Los villanos al ver esto

volanteaban en zig-zag,

intentando no chocar

contenían el aliento.

Mas de pronto, uno de ellos

recobó la compostura

y sacó de su cintura

una enorme arma de fuego.

El atacante disparaba

varios tiros de corrido,

pero no había conseguido

que ninguno hiciera diana.

Sin pensarselo dos veces,

nuestra pájara heroína,

les lanzó a los policías

que apresaron a esta gente.

Y veloz la pajarita

se metió en la cabina,

llevó el coche a una esquina

liberando a la cautiva.

Se habló mucho al otro día,

comenzando en la mañana,

sobre esta gran azaña

que reportó la policía.

Y los niños  idolatran

esa capa y ese emblema,

que los salva del problema

si los malos los maltratan.

Mas quien ese traje viste

sigue llendo día con día

a esa misma taquería,

a comer tacos de alipiste.

y colorín colorado.

Es lo que suele decirse

cuando hay que despedirse

y este cuento se ha acabado.

En esta ocación tenía ganas de compartir esta pequeña historia de corte infantil, espero que no resultara demasiado larga.