[Belmont]

Me presento.

La calle estaba en silencio como solo la noche sabe enmudecer una ciudad, un pequeño chisporroteo de un cartel luminoso rompía la calma total y jugaba con la luz que iluminaba el viejo camino.
Mis pisadas a penas se escuchaban, como un susurro escuche algo que seguía mis pasos. Mi sangre se enfrió de repente dándome un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, cada latido podía sentirlo desde lo mas profundo de mi cuerpo hasta llegar a lo mas fino de la piel. Al voltear un precioso cuervo de ojos brillantes me miraba desde un lado del camino, ajeno a mi, levanto el vuelo y desapareció en la fría noche. La tensión me abandonaba desde mis hombros, seguí mi camino, sin mirar atrás dando la espalda a esa vieja ciudad sin alma.