[Egipcio] Redescubrir la magia del antiguo Egipto, Javier Arries
#1
Hoy les traigo esta interesante entrevista a un autor que desvela muchos misterios mágicos del antiguo Egipto. La obra es toda una maravilla. La recomiendo
.
Os dejo con la entrevista que le hicieron en el períodico ABC de España:

ENTREVISTA
'Magia en el Antiguo Egipto': la oscura verdad tras las maldiciones y los conjuros para resucitar muertos
Javier Arries, autor de «Magia en el Antiguo Egipto» («Luciérnaga», 2016) desvela a ABC la realidad sobre los diferentes usos de la brujería en la tierra de los faraones

Magia en el Antiguo Egipto

Sinopsis: Tras más de tres décadas de investigación acerca de todo lo relacionado con el pensamiento mágico desde una perspectiva histórica y antropológica, Javier Arries nos traslada en esta obra al mundo de la magia en el Antiguo Egipto, revelándonos la teoría, la práctica y los procedimientos de la magia egipcia, y su presencia en el mundo moderno después de más de 5000 años.

En esta obra el autor nos sitúa en el entorno geográfico e histórico de Egipto, se adentra en los mitos de la creación egipcios y describe el mundo según estos, especialmente el mundo invisible, habitado por una caterva de seres de pesadilla, genios, demonios, espíritus de difuntos que aterrorizan a los vivos durante el sueño y traen todo tipo de desgracias y enfermedades. También nos da a conocer algunas historias y cuentos en los que intervienen magos, los secretos de la magia talismánica, de la magia maléfica, de la magia egipcia aplicada a la salud y de las artes adivinatorias.

Finalmente, nos muestra como todo este bagaje mágico dio lugar en el periodo heleno y de la dominación romana a un auténtico crisol de procedimientos mágicos en los que se mezclaban elementos egipcios, griegos, judíos y persas.


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El cine es un arma de doble filo. Por un lado, ha evitado que se olviden hechos que, de otra forma, se habrían perdido en las páginas de los libros de historia. En cambio, no ha ayudado a contar toda la verdad sobre el Antiguo Egipto . Si por Hollywood fuese, en las tierras de los faraones la magia únicamente habría servido para arrojar maldiciones sobre el enemigo, urdir conspiraciones contra los poderosos y resucitar muertos ávidos de venganza.



La realidad era bien distinta. Al menos en parte. Así lo afirma el popular Javier Arries, un escritor que se ha convertido en todo un referente en lo que a hechizos y conjuros de esta civilización se refiere gracias a sus contínuas investigaciones en este campo.

En palabras del autor de obras como « Magia en el Antiguo Egipto. Maldiciones, amuletos y exorcismo » («Luciérnaga», 2016) los hechizos iban más allá de la magia negra. En la civilización del Nilo la brujería era parte de la vida diaria de sus ciudadanos. Nada en el universo se concebía sin ella y estaba en todas partes (aunque era necesario aprender a dominarla). Además, servía para sanar a los enfermos, para protegerse de demonios nocturnos devoradores de bebés o -entre otras tantas cosas- para adivinar el futuro.

Arries es claro en declaraciones a este diario: «Los egipcios creían firmemente en el heka, el poder de la magia. Nada en el Universo se concebía sin que estuviera animado por ese poder. La propia existencia del Mundo era para ellos la prueba de la existencia de ese poder». Hoy, el autor nos desvela los secretos del mundo mágico en el Antiguo Egipto. Con todo, tan cierto como que su utilización era habitual es que para algunos personajes descarriados era un arma mediante la que acabar con sus enemigos.

¿Qué importancia tenía la magia en el Antiguo Egipto?

La magia tenía un papel fundamental para los habitantes del Nilo. Era de vital importancia para el buen funcionamiento no sólo del estado, sino también del propio Universo. En la cosmovisión egipcia todo el Universo había surgido a partir de las aguas del Nun, un océano primordial que contenía en potencia todas las cosas, incluidos a los propios dioses. La tierra había emergido de ese océano. Sobre aquella primera colina había surgido el primer dios creador y ese demiurgo (Ra en Heliópolis, Ptah en Menfis, Thoth en Hermópolis, etc.) creó el resto del mundo mediante un acto de autoerotismo, o mediante la palabra, pronunciando las cosas que concebía su corazón y trayéndolas así a la existencia.

La fuerza vital primigenia que permitía hacer todo esto, y mantener el delicado equilibrio universal era un poder ancestral que los egipcios imaginaban aún más antiguo que los propios dioses: Heka, la palabra con la que los dioses designaban a la magia.

Los dioses, los magos y el faraón poseían heka, tenían ese poder mágico vinculado a la propia Creación, que la sostenía en pie, y que les permitía manipular el Universo. Heka estaba en todas partes y aprender a dominar esa fuerza ancestral equivalía a tener el poder de la Creación y de los dioses.

-¿Cuál era la función básica de los sacerdotes?

Algunas categorías de sacerdotes egipcios, especialmente los Jery-Hebet, los sacerdotes lectores instruidos en las Casas de la Vida, son algo más que intermediarios entre hombres y dioses, son magos poderosos que saben manejar el heka en los ritos para mantener el equilibrio del Universo. Cada noche, Ra, el dios el Sol, atraviesa el firmamento en su barca y desaparece de la vista el horizonte, por Occidente para emerger nuevamente, fuerte, glorioso, rejuvenecido, por Oriente. Pero su viaje a través del inframundo está lleno de peligros. Las fuerzas del Caos asociadas al Océano primitivo no descansan en su empeño de sumergir el Universo de nuevo al Nun del que surgió; y antes de poder renacer por el Este el dios Sol tiene que enfrentarse a la encarnación de esos poderes del Caos, la temible y colosal serpiente Apep, que cada noche ataca a la barca solar.

Los dioses utilizan heka, el poder de la magia, para enfrentarse a Apep y salvaguardar la barca del dios Sol y al Universo todo. De hecho, Heka, representado como un dios, acompaña a Ra y le protege. Mientras tanto, en la tierra, los sacerdotes magos realizan ritos y actos de magia para ayudar al dios y a sus acompañantes. Modelan figuras de la monstruosa Apep, la increpan, la maldicen, escupen sobre ella, la alancean, lanzan sus hechizos sobre ella.


Kha y Merit, ante Osiris - Libro de los muertos

-¿Tenían los magos alguna otra tarea?

Los sacerdotes magos cumplen además una importante función en la Corte, interpretan los sueños del faraón, le aconsejan, realizan rituales y conjuros para ayudarle en sus empresas. Otros sacerdotes emplean también la magia con fines diferentes y se especializan en ramas del conocimiento mágico. Los "uabu-sekhmet", los “puros de Sekhmet”, sacerdotes de la terrible diosa leona Sekhmet, conocen los secretos de la magia medicinal, son doctores, sanadores versados en la magia curativa.

-¿Dónde encajaba, en todo este entramado, la figura del faraón?

El mago por excelencia, igual que el sacerdote por excelencia, es el faraón . Su condición regia, como “hijo de Horus” le llenaba de poder mágico, un poder que todos los egipcios se tomaban muy en serio. La fuerza que emana del faraón impregna sus vestiduras y los objetos que están en contacto con él, una fuerza peligrosa que podía ser nociva, letal, si no se manejaba adecuadamente.

En la tumba de Reuer, cortesano y sacerdote, leemos como accidentalmente Reuer fue tocado por el cetro del faraón Neferikare. Para tranquilizarle, el faraón le dijo, “¡Estarás bien!”, y acto seguido exclamó “Es deseo de mi real majestad que este hombre esté bien, que nada le ocurra”, una anécdota que nos da una idea de hasta qué punto el poder de heka, la magia, era tenido muy en serio por los habitantes del Nilo.

«La magia formaba parte de todos los ámbitos de la vida de los egipcios de todos los estamentos sociales»

¿En qué ámbitos de la vida se usaba la magia?

La magia formaba parte de todos los ámbitos de la vida de los egipcios de todos los estamentos sociales. Había una magia estatal, encargada de la medicina y la sanación, de mantener el equilibrio cósmico, de sojuzgar a los enemigos de la nación; pero también había, entre el pueblo llano, personas que se dedicaban a la adivinación, a la sanación, a realizar hechizos protectores, etc. Los principios en los que se basa la magia practicada por los sacerdotes y aquella a la que recurrían los ciudadanos de a pie consultando a magos, curanderos y videntes locales eran básicamente los mismos y se aplicaban tanto en situaciones extraordinarias como cotidianas.

¿Hechizos protectores...?

Sí. Existía una magia protectora que se aplicaba para defenderse de los muchos seres que resultaban ser una amenaza para los vivos. En la imaginación de los egipcios el mundo invisible estaba habitado por una caterva de genios, de demonios, de emisarios y enviados de los dioses, de difuntos peligrosos que sobrevivían comiendo inmundicias, descritos como seres deformes que caminan con los pies y la cabeza mirando hacia atrás, personajes temibles que, según creían, eran los responsables de los extraños ruidos de la noche, de todo tipo de terroríficas manifestaciones, apareciéndose ante los vivos o visitándoles en sus pesadillas.

Se realizaban conjuros y ritos apotropaicos para mantenerlos a raya y lejos de los más débiles, especialmente los niños, las mujeres que estaban a punto de dar a luz, y las madres que habían alumbrado hacía poco.

Una buena cantidad de objetos conocidos como “cuchillos mágicos”, hallados en numerosos yacimientos arqueológicos, tenían este propósito, el de defender a la madre y a su hijo de los genios y criaturas maléficas. Cubiertos de dibujos que representaban a deidades terribles, armadas de grandes cuchillos para enfrentarse a los demonios, estas “varas” construidas a partir de marfil de hipopótamo hembra parecen haber sido usadas para dibujar sigilos o jeroglíficos mágicos en el suelo en el peligroso momento del alumbramiento y luego se dejaban en la casa para que siguieran ejerciendo su labor protectora.

«Existía una magia protectora que se aplicaba para defenderse de los muchos seres que resultaban ser una amenaza para los vivos»

Hasta qué punto era importante la magia en la medicina?

En la mentalidad egipcia los difuntos hostiles, los demonios y los mensajeros de los dioses, cuando estos últimos eran ofendidos de algún modo, eran responsables de las enfermedades. El médico egipcio es también un mago. Junto a la medicina natural correspondiente al enfermo se le aplicaban hechizos y ritos mágicos en los que se identificaba al paciente con algún dios, a menudo con Horus. El remedio natural iba acompañado del mágico y viceversa, y no podía ser de otro modo.

La magia medicinal era de gran importancia en Egipto. Eran habituales en este sentido prácticas como la “incubatio”, consistente en que el enfermo duerme en una habitación destinada a tal fin en el templo para que el dios le diga en un sueño qué debe hacer para curarse; las visitas a santuarios dedicados a dioses relacionados con la salud o a célebres médicos que a causa de su poder y de su saber fueron divinizados después de su muerte, como Imhotep y Amenhotep; los baños curativos y la ingesta de agua que había sido hecha pasar a través de fórmulas mágicas inscritas en recipientes y estelas mágicas, etc.

Los espíritus podían enfermar y se alojaban en las partes enfermas. Pero en el peor de los casos podían llegar a tomar posesión de su víctima. Sorprendentemente el relato más antiguo que tenemos de una posesión y de su posterior exorcismo lo hallamos en la llamada estela de Bentresh, donde se narra con todo lujo de detalles como una princesa extranjera, hermana de la favorita del faraón Ramsés II es poseída por un mut, un espíritu impuro que es expulsado tras la intervención de un mago egipcio y una imagen del dios Jonsu enviados por el faraón.


Escena del «Libro de los muertos» - British Museum

Hace usted referencia también a la adivinación...

La magia adivinatoria también era de extrema importancia. Y entre las prácticas habituales en este sentido estaban la oniromancia, o interpretación de los sueños, recogidos en papiros que eran consultados por los sacerdotes magos; las visiones propiciadas mediante rituales complejos en los que se hacía uso de las llamadas lámparas mágicas; la consulta a oráculos divinos; la hemerología, o arte de conocer los días y horas fastos y nefastos para realizar determinadas actividades; y como no, la astrología. Ciertos sacerdotes se especializaban en la observación del cielo en las terrazas de los templos. Los astrólogos egipcios tuvieron una gran reputación en el Mediterráneo y era especialmente relevante la Iatromathematica o Astrología Médica.

-¿La magia era únicamente parte del reino de los vivos?

La magia no sólo formaba parte de la vida, también de la muerte. Los ritos que permiten al difunto “erguirse” en el Más Allá, pasar exitosamente el juicio y la pesada del alma, obtener poderes en el “Otro Lado” que les permitían equipararse a los dioses... Todos eran de carácter mágico. El famoso Libro de los Muertos o Libro de la Salida a la Luz del día, y sus predecesores, los Textos de las Pirámides y los Textos de los Sarcófagos, no eran sino enormes recetarios que compilaban hechizos y conjuros para que el difunto obtuviera todo lo que pudiera desear en el país de ultratumba. Todo egipcio que podía permitírselo encargaba hacerse una copia, más o menos completa, de los textos mágicos para que le acompañara en su última morada y que pudiera usar en su beneficio cuando le tocara hacer el viaje último.

«El remedio natural iba acompañado del mágico y viceversa, y no podía ser de otro modo»

-Dedica una parte de su libro a la magia negra ¿Cuáles eran los conjuros más utilizados en este sentido por los egipcios?

Hay un capítulo dedicado a lo que he denominado magia nociva, más que magia negra. La magia nociva era empleada para maldecir, castigar, y dañar a un adversario. Ahora bien, en los tiempos más antiguos dicha magia parece haber estado a cargo de los sacerdotes magos que únicamente la aplicaban para someter a los adversarios y a los enemigos del estado y de Egipto. Desde el punto de vista de los egipcios es magia lícita, ya que se trata en última instancia de procedimientos mágicos orientados a defender las fronteras del país.

No debemos olvidar que en la mentalidad egipcia, Egipto representaba el Orden Cósmico implantado por los dioses, mientras que más allá de sus fronteras estaba el desierto, la muerte, los enemigos que querían irrumpir y traer la destrucción. Los pueblos enemigos eran vistos como tribus al servicio de las fuerzas del Caos. Era por tanto lícito, para ellos, realizar acciones mágicas contra los enemigos del estado que complementaran a las militares.

De hecho, muchas de las evidencias arqueológicas que tenemos proceden de fortalezas en las fronteras de Egipto. En ellas se han encontrado restos de vasijas rotas y figuras de arcilla con nombres de enemigos, adversarios, etc.

¿Para qué servían esas vasijas?

El tipo de magia empleada aquí es execratoria; es decir, magia para maldecir. Para llevarla a cabo se fabricaban cuencos de cerámica o simples tablillas de arcilla sobre los cuales se inscribía, con tinta roja, una lista de los enemigos a los que se pretendía destruir. Métodos más refinados sustituían los cuencos por figuras modeladas representando a los enemigos, a veces con rasgos propios de la etnia a la que pertenecían (nubios, libios, etc.).

Durante el ritual de execración el mago imprecaba maldiciones sobre las figuras mientras las trataba de forma violenta y vejatoria como si fueran el enemigo al que se quería destruir. Un ritual de execración, por ejemplo, nos describe el procedimiento: “Escupe cuatro veces sobre él… pisotéalo con el pie izquierdo… hiérelo con una lanza… mátalo con un cuchillo… ponlo sobre el fuego y escupe sobre él muchas veces mientras está en el fuego”.


En el asesinato de Ramsés III, los conspirados utilizaron Magia Negra
Era habitual, pero... ¿Se consideraba peligrosa?

Esta magia nociva pero lícita era contemplada como algo peligroso si caía en malas manos. Uno de los síntomas de que las cosas iban mal en la sociedad egipcia, de que el orden social se derrumbaba era la difusión de los conocimientos mágicos. Cierto tipo de literatura pesimista que se escribió en los llamados “periodos intermedios”, periodos de fuertes crisis política, económica y social, describen entre los muchos males que aquejan a la sociedad el hecho de que los conocimientos mágicos ya no están en manos de sacerdotes magos entrenados, sino que han caído en manos del vulgo que les dará un mal uso.

De hecho en el llamado periodo tardío, cuando Egipto cayó bajo el dominio griego y posteriormente romano, surgieron una gran cantidad de grimorios y libros de hechizos donde la magia egipcia convive con la de sus vecinos reflejando un sincretismo de creencias y procedimientos mágicos sin precedentes. En ellos ya podemos hablar abiertamente de “magia negra” si definimos ésta como la que se lleva a cabo con fines exclusivamente egoístas. Abundan en este periodo, por ejemplo, los “amarres” o hechizos de amor que intentan someter a la víctima o los hechizos de odio para acabar con adversarios que hacen competencia al hechicero o a su cliente ya sea desde el punto de vista amoroso, judicial, de negocios, etc.

«El uso de la magia contenida en los principales libros guardados en las bibliotecas de los templos estaba vedado a los profanos»

¿Cuál era el poder, presuntamente, de las estatuillas de cera?

Las estatuillas son una aplicación práctica de la Magia de la Imagen. Para los antiguos egipcios la imagen de algo contiene en parte, y en potencia, aquello que representa y es susceptible de ser “animada” insuflándole heka, el poder mágico. Tanto es así, que en algunas fórmulas rituales escritas en los textos de las pirámides algunos jeroglíficos que representan a animales peligrosos como leones, serpientes, etc. eran representados partidos en dos o con un cuchillo encima ante el temor de que las imágenes se animaran mediante la magia y cobraran vida.

El mismo principio se usaba para proveer de alimentos al difunto, pintando y representando ofrendas (pan, carne, cerveza,…), que luego eran animadas mediante ceremonias mágicas para que se convirtieran en “reales” en el otro mundo.

La magia de las efigies es una práctica general y atemporal que encontramos desde América hasta Japón. Y obedece a dos leyes universales del pensamiento mágico que describió el famoso antropólogo escocés sir James George Frazer.

Por un lado, la ley de semejanza según la cual lo semejante produce lo semejante. Esta da lugar a la magia homeopática o imitativa. Al imitar la figura de algo o alguien recortándola o modelándola en algún material, y si se establece el vínculo adecuado entre la figura y lo que representa, lo que se haga sobre la efigie se producirá sobre el modelo.

Por otro lado está la ley de contacto o contagio, según la cual algo que ha estado en contacto con alguien o que forma parte de sí tiene un vínculo mágico con él. Al actuar sobre la parte actuamos sobre el todo. Así, para reforzar el efecto de la imagen, los brujos y hechiceros añaden a la figura algo que haya estado en contacto con la víctima o haya formado parte de ella, como el cabello o las uñas. No es de extrañar que en el ombligo de una figura humana de cera negra encontrada en Egipto y que se conserva en el Museo Británico pueda verse una pequeña madeja de pelo humano, con toda probabilidad, perteneciente a la persona a la que representaba.




¿La finalidad de estas figuras era siempre negativa?

Las imágenes no sólo se utilizaban para hacer el mal. A veces se empleaban para crear criados mágicos, sirvientes. Los magos las animaban con rituales similares a la llamada “ceremonia de apertura de la boca” que se aplicaba para insuflar vida a objetos inanimados, incluso templos y sobre las momias. Los criados mágicos servirían a los propósitos del mago realizando tareas que éste les encomendara. Un tipo de estos criados mágicos son los llamados “ushebti”, pequeñas figuras hechas con diferentes materiales que representaban a personas con útiles de trabajo. Los museos están llenos de estos “muñecos mágicos” que se depositaban junto al difunto en su tumba, tras dotarles de vida mediante ceremonias mágicas, con el objeto de que ayudaran al finado en las tareas más duras.

Las imágenes no sólo se utilizaban para hacer el mal. A veces se empleaban para crear criados mágicos, sirvientes

¿Hasta qué punto estaba penado usar magia negra en Egipto?

El uso de la magia contenida en los principales libros guardados en las bibliotecas de los templos estaba vedado a los profanos. Se recelaba de todo aquel que tuviera de forma ilícita textos mágicos. Se creía que si las fórmulas y hechizos sagrados caían en manos de gente sin escrúpulos podían ser utilizados con fines ilícitos.

Alterar el Orden Cósmico representado por la diosa Maat se consideraba un crimen contra la propia Creación, significaba ponerse del lado de las fuerzas del Caos.

Egipto, con todo su aparato estatal y social, representaba el orden impuesto por los dioses, el equilibro. Ponerse del lado del Caos significaba atentar contra ese orden, contra la propia vida. Si ya era un crimen tratar de perturbar el equilibrio cósmico, atentar mediante la magia, por ejemplo, contra la vida del faraón, se consideraba un crimen monstruoso. El faraón garantizaba, en su papel de dios viviente, que el Universo siguiera su curso como debía, que el Sol se levantara cada día, que el Nilo anegara y fertilizara la tierra. Atentar contra el faraón era atentar contra todo Egipto.


La magia también colaboraba en la medicina

¿Se custodiaban esos libros para evitar que fuesen robados?

Los libros sagrados eran cuidadosamente guardados en los templos, de modo que apenas tenemos testimonios de la práctica de magia negra cotidiana en el Antiguo Egipto. Aunque es muy probable que se realizara a un nivel popular, y no por muchos, porque se temía el castigo de los dioses, y aquellos que la practicaran serían tenidos por todos como impuros. Apenas tenemos más noticias del uso de la Magia Negra en política. Tan solo destaca el caso de la Conjura del Harén.

Como ya mencioné antes, en el Periodo Tardío, cuando Egipto cayó bajo el dominio griego primero, y romano después, la magia se popularizó tanto que la mayoría de los libros de magia que han llegado hasta nosotros proceden de ese periodo, pese a que en todo el Mediterráneo se perseguía a los hechiceros que practicaban ritos maléficos y se les castigaba legalmente, a menudo con la pena capital. Y la misma ley se aplicaba en Egipto.

«Egipto nos dejó un legado del que a menudo somos inconscientes en nuestras propias supersticiones, en nuestras creencias, incluso en el desarrollo de nuestras artes y ciencias»

¿Cuáles son los ejes sobre los que centras su libro «Magia en el Antiguo Egipto»?

“Magia en el Antiguo Egipto” nació con la intención de ser un ensayo ameno, que fuera capaz de transportar al lector al entorno geográfico e histórico del Antiguo Egipto , de hacerle entender la mentalidad de las gentes que habitaron las orillas del Nilo y levantaron una civilización tan esplendorosa como fascinante.

Se ha escrito mucho sobre Egipto, desde sesudos tratados académicos hasta obras, a menudo delirantes, que nos presentan exóticas teorías y especulaciones acerca de extraterrestres, conspiraciones, etc.

“Magia en el Antiguo Egipto” se centra en un tema que apenas suele ser tocado de soslayo y de forma dispersa en muchas obras, el pensamiento mágico de las gentes del Nilo; y pretende hacerlo con rigor, aportando los datos que nos ofrecen los textos bíblicos, clásicos, y sobre todo, arqueológicos. Magia y Religión caminaban de la mano en el Antiguo Egipto y esta obra nos presenta y expone ese bagaje sin el cual no se puede entender lo que sentían, lo que temían, las esperanzas del pueblo que fué capaz de levantar las pirámides.

Por último, a lo largo de toda la obra, y especialmente en el capítulo final, nos muestra un Egipto que no está tan perdido en las arenas del tiempo como podríamos creer. Egipto nos dejó un legado del que a menudo somos inconscientes en nuestras propias supersticiones, en nuestras creencias, incluso en el desarrollo de nuestras artes y ciencias. Invita al lector a acudir a los museos, a redescubrir los tesoros que se ocultan en ellos con otros ojos, con los ojos con los que los vería un egipcio. Le invita asimismo a reconocer la huella de aquella civilización en nuestra vida cotidiana, incluso de nuestra religión y de nuestras creencias.

Un saludo y gracias por el pescado!


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